Estos días se está poniendo en marcha el proyecto aprobado en diciembre por el Ministerio de Cultura para que las bibliotecas públicas empiecen a prestar libros digitales. El servicio se activará en los próximos días en 15 centros, aunque Cultura espera extenderlo a todos los 54 antes de diciembre.
El servicio funcionará de forma similar en todas ellas, tras registrarse, el usuario puede llevarse un e-reader cargado de libros electrónicos y quedárselo entre 15 y 45 días. La inversión de 130.000 euros del ministerio ha permitido adquirir 750 e-readers, aunque se prevé una mayor inversión para extender el servicio a las 54 bibliotecas públicas del Estado a lo largo del año, según afirmó el director general del Libro Rogelio Blanco.
Las fechas de puesta en marcha del servicio varían según la biblioteca:
- La central de Cantabria empezó el 3 de enero, con 41 lectores, 184 libros electrónicos.
- En la de Huelva el préstamo arrancará el 21 de febrero (coincidiendo con su décimo aniversario) y dispondrá de 37 dispositivos y 1084 títulos.
- Antes de finales de febrero las 15 (Ciudad Real, Huelva, La Rioja, Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, Mérida, Murcia, Oviedo, Palma de Mallorca, Santander, Santiago de Compostela, Tarragona, Valencia, Valladolid y Zaragoza) van a poblarse de los nuevos e-readers.
De momento se prestan casi exclusivamente clásicos libres de derechos de autor como El retrato de Dorian Gray, El Quijote o La Iliada.
Aunque la mayoría de estas obras se pueden descargar fácilmente de páginas como el Instituto Cervantes o Google Books, las bibliotecas consideran que esta iniciativa permitirá familiarizar a los lectores con los nuevos soportes. Son un 5,3% los españoles que ya leen en los e-readers, según el último barometro de la Federación Gremio Editores.
La mayor carencia en las bibliotecas a día de hoy es la posibilidad de prestar libros más recientes o incluso nuevos. Los derechos de autor y la falta de un acuerdo con las distribuidoras retrasan la llegada de esta opción. Ante esto CEDRO considera que «las editoriales puede que tengan que adaptar su modelo de negocio a través de las bibliotecas para facilitar a los usuarios obras electrónicas«.
Para Lola Ramírez, la directora de la biblioteca de la Rioja, la solución sí es simple: «Una plataforma digital a la que puedan acceder las bibliotecas, comprar los libros y ponerlos a disposición del usuario». Gómez, de la biblioteca de Huelva, también optaría por esta posibilidad.
El director general del Libro, Blanco, frena sin embargo los entusiasmos: «Hay que encontrar una solución que respete al lector, al autor y al editor, sin alterar el ecosistema».
El Pais