¿Conoces la Biblioteca Nacional de Ciencias de la Salud?

En estos tiempos de virus y pandemia, hay bibliotecas que tienen un papel aún más destacado dentro de la sociedad, si cabe. Es el caso de la Biblioteca Nacional de Ciencias de la Salud (BNCS), que nació hace 26 años y vio la luz como el centro de documentación del Instituto de Salud Carlos III, centrado en la prevención y en la mejora de la salud de todos los ciudadanos a través de la investigación, la innovación en Ciencias de la Salud y Biomedicina, la prestación de servicios científicos-técnicos y la formación.

Dos años más tarde, el Real Decreto 1893/1996 le otorgaba la calificación de Centro Nacional. Pasaba así a depender de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III. Después de estar bajo la tutela de la Subdirección General de Planificación y Coordinación Docente, desde el 28 de julio de 2000, pasa a estar bajo el paraguas de la Subdirección General de Redes y Centros de Investigación Cooperativa, de la que depende desde mayo de 2005.

Esta biblioteca ha sido un centro neurálgico para la información actualizada y de calidad sobre el covid19, una fuente de documentación científica de valor incalculable.

Funciones

Entre las funciones más destacadas, que en la propia web de esta Biblioteca se destacan, están:

1.- Apoyo las actividades científico-técnicas e investigadoras de los Centros del Instituto de Salud Carlos III, del Ministerio de Ciencia e Innovación y de la comunidad científica del Sistema Nacional de Salud (SNS).

2.- Mantenimiento y actualización de sistemas que permiten el acceso a los fondos bibliográficos de las bibliotecas del SNS.

3.- Mantenimiento y actualización de bases de datos de documentación científica española para facilitar el acceso y la difusión de la investigación de nuestra comunidad científica.

4.- Desarrollo de actividades enfocadas a la cooperación con otras instituciones para intercambiar información científica entre bibliotecas de ámbito nacional e internacional.

5.- Coordinar la utilización de terminología científica.

6.- Acciones y estudios necesarios para apoyar al Ministerio de Ciencia e Innovación y a las comunidades autónomas.

7.- Colaboración y participación docente en programas de la Escuela Nacional de Sanidad (ENS).

Más allá de su utilidad, es además un espacio agradable con una buena acogida:

Fondo y ubicación

Cuenta con una colección 2.623 títulos de revistas y alrededor de 300 suscripciones activas, más de 35.000 libros, de los que unos 3.000 se corresponden con publicaciones del fondo histórico, entre los que destaca la Colección completa de «Las Actas de constitución de la OMS». En palabras de su directora, Elena Primo Peña, su trayectoria la convierte «en una de las bases de datos científicas más longevas»:

 

La BNCS tiene una sede en Chamartín, que contiene los fondos especializados en cáncer y cedidos en julio de 2008 por la Fundación Científica de la Asociación Española contra el Cáncer y desde junio de 2013, los fondos especializados en Salud laboral de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo. Estrecha relación con esta Biblioteca tiene el Museo de Sanidad e Higiene Pública, un centro único en su especialidad en España, ubicado en el Pabellón 14 del campus de Chamartín en el Instituto de Salud Carlos III.

Su otra sede, en Majadahonda, presta apoyo científico en el campo de la Sanidad Ambiental, Microbiología, Virología e Inmunología, entre otros.

Si bien solemos identificar las bibliotecas con espacios para el saber en general y el acceso al patrimonio cultural, su papel se vuelve aún más importante cuando es una herramienta para el acceso, la difusión y la globalización de información científica en materia de salud.