Hace seis años que el el Consejo de Cooperación Bibliotecaria, impulsado por la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles (ACLEBIM) estableció el 28 de enero como «Día nacional del Bibliobús». El bibliobús es un instrumento muy útil para acercar la cultura a las zonas rurales y los pequeños núcleos de población en los que, por su tamaño, no existen bibliotecas públicas.
Quizás este año haya tenido su mayor reto desde la guerra civil, cuando María Moliner, la bibliotecaria, archivera y filóloga conocida por regalarnos uno de los mejores diccionarios que se han editado en lengua española, decidió organizar la primera biblioteca móvil de España, para facilitar la lectura en el frente, tanto a soldados como a la población general. Las Misiones Pedagógicas, consiguió crear una biblioteca en el 11,3 % del total de escuelas primarias que había en España. Hoy por hoy, un importante número de bibliotecas móviles, 30 de ellas en Castilla León, prestan servicio a un cuarto de la población española.
Bajo el lema Más comprometidos que nunca, se celebra el día en que se reivindica y homenajea su labor y compromiso social y cultural con la población, sobre todo en el ámbito rural. Correos se ha adelantado al reconocimiento anual poniendo en circulación el pasado verano el primer sello español dedicado al Bibliobús.
Desde ayer se ha puesto en circulación un nuevo sello de @Correos dedicado al Bibliobús. 💌📚🚌
Damos la enhorabuena a @aclebim por su iniciativa, y a todo el mundo bibliotecario por la difusión que ello tiene para las labores de la Biblioteca Pública.
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Bibliobuses y la nueva normalidad
La pandemia no les ha parado, pero sí les ha obligado a adaptar sus servicios y modus operandi para cumplir unas estrictas medidas de seguridad que garanticen un servicio seguro. Además de ofrecer los ya habituales geles y alfombras desinfectantes, los bibliobuses han priorizado el servicio a los mayores, han puesto en cuarentena todos los libros y recursos utilizados y han adaptado sus actividades a los aforos de permitidos en cada destino. Durante el confinamiento, cuando no podían acercarse, se valieron de Internet, de las redes sociales, del teléfono y de los envíos por correo postal para seguir ofreciendo sus valiosos servicios a quienes no disfrutan de la cercanía de una biblioteca pública al uso, sin dejar de lado sus clubs de lectura, una poderosa herramienta para estrechar lazos y afianzar la colectividad.
Un servicio con mucha historia
Los camiones del ejército reconvertidos en bibliotecas ambulantes, cedieron el paso a los bibliobuses de estas imágenes de hace cuarenta años, muy distintos de los actuales, que en algunos casos hasta incorporan cajero automático entre sus servicios habituales.
¡En los fondos de la Delegación Nacional de Prensa del Movimiento del Archivo General de la Administración tenemos esas #fotos de #bibliobuses que salieron en revistas y prensa en 1971!
Sig.#AGA,33,F,1392,38 #AGA50
¡Feliz #diadelbibliobus #diadelbibliobus2020 #Campeóndetudestino! https://t.co/yXkI8zY3uO pic.twitter.com/qfmMTr2aYB— Archivos Estatales (@ArchivosEst) January 28, 2020
El libro de Miquel Joseph, El bibliobús de la llibertat, cuenta la historia de cómo utilizaron uno de ellos para trasladar al exilio a Mercé Rodoreda, Antoni Rovira i Virgili, Pompeu Fabra, Joan Oliver, Xavier Benguerel o Francesc Trabal, entre otros escritores catalanes.
Este medio de transporte de cultura con tanta historia tiene también una larga tradición en otros lugares: portugueses, alemanes, daneses o chilenos… tienen su propia versión de las bibliotecas sobre ruedas que llevan la cultura a los lugares más inesperados.
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Para el Camino de Santiago, el ‘Bibliobús Peregrino’ es una iniciativa de la Diputación de León y Correos que aporta valor añadido a la peregrinación ofreciendo libros a los caminantes que pasen por la provincia de León en su trayecto hacia Compostela. Pueden adquirir prestado un ejemplar y devolverlo en cualquiera de las oficinas de Correos del Camino.
Para muchas personas personas mayores, sus servicios son uno de los pocos contactos con la cultura que tienen en su día a día. Para niños y jóvenes de lugares donde todos los días son (casi) iguales, ver llegar el bibliobús una o dos veces al mes a sus vidas, con sus cuentacuentos y su teatro infantil y juvenil, es una alegría y una novedad para festejar.
Servicio cercano y de calidad
Una solución eficaz -y a menudo la gran olvidada- para poder ofrecer un servicio de calidad con pocos recursos e inversión, dado que uno de los mayores gastos de una biblioteca (el espacio y su mantenimiento) no existen.
Dentro y fuera de nuestras fronteras los bibliobuses son una herramienta de especial utilidad para la difusión de la cultura en entornos con difícil acceso. Como en nuestro caso, los pueblos de la España vaciada, gracias a la estrecha relación que entablan con sus usuarios, con los que hablan de tú a tú, basada en la proximidad, la confianza, la complicidad y la identificación mutua.