La colaboración entre bibliotecas y profesionales es una estrategia esencial para el fomento de la disciplina, el desarrollo e impulso de las bibliotecas y su papel en la sociedad. Así, permite a las instituciones bibliotecarias maximizar la utilización de recursos y mejorar los servicios ofrecidos, así como la cohesión de sus profesionales.
Te contamos sus beneficios y cuáles son las mejores prácticas y recomendaciones para llevar a cabo una colaboración efectiva entre bibliotecas.
Beneficios de la colaboración entre bibliotecas
La cooperación interbibliotecaria ofrece una serie de beneficios significativos tanto para las bibliotecas involucradas como para sus usuarios y la comunidad en general. Entre todos ellos, destacan los siguientes:
Ampliación de colecciones
Las bibliotecas pueden compartir recursos bibliográficos y diferentes materiales, potenciando su acceso y difusión entre la comunidad. Además, el desarrollo compartido de fondos facilita la ejecución y disminuye el coste de diversos procesos tales como la gestión de adquisiciones, la selección o la catalogación, entre otros.
Del mismo modo, se posibilita la creación de catálogos colectivos. En España existen numerosos ejemplos de ello. Si nos centramos en el ámbito geográfico, estos son algunos:
- Cooperación nacional. Varias bibliotecas con inquietudes similares se agrupan para fomentar proyectos comunes tal y como sucede con el Catálogo Colectivo de la Red de Bibliotecas Universitarias y Científicas (REBIUN).
- Cooperación regional. El área colaborativa se centra en una región específica como puede ser la Red de Bibliotecas Públicas de Galicia o el Catálogo Colectivo del Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Castilla y León (BUCLE).
Mayor acceso a la información
La colaboración entre bibliotecas proporciona a los usuarios la oportunidad de acceder a recursos que no se encuentran disponibles en su biblioteca más cercana. Esto es especialmente interesante en el caso de las instituciones académicas, donde la investigación se ve enriquecida por un acceso más amplio a revistas especializadas y a bases de datos.
Fomento de la investigación
La colaboración favorece el acceso a recursos especializados, lo que mejora la calidad de la investigación y la productividad académica. De esta manera, los investigadores pueden consultar documentos y materiales en catálogos de redes de bibliotecas especializadas.
Además de los ya mencionados REBIUN y BUCLE, en España también tenemos otros ejemplos, como la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC, que da acceso a la totalidad de los contenidos de las publicaciones científicas producidas por el CSIC.
Mejores prácticas para la colaboración entre bibliotecas
Para que el proyecto de cooperación se lleve a cabo de manera satisfactoria, es necesario que se cumplan una serie de principios.
Participar en asociaciones y redes
Unirse a redes de bibliotecas y asociaciones profesionales implica que las bibliotecas se convierten en miembros activos de grupos con objetivos comunes. Al ser parte de ellas, tienen la oportunidad de establecer conexiones significativas con otras bibliotecas, compartir conocimientos y recursos, y trabajar juntas en proyectos y actividades colaborativas.
Definir objetivos
Es importante definir qué recursos serán compartidos, qué tipo de servicios se ofrecerán y qué beneficios se esperan conseguir. Las redes colaborativas deben tener metas claras que se traduzcan en programas amplios y proyectos específicos.
Documentar acuerdos
Para llevar a cabo un proyecto de cooperación interbibliotecaria, es fundamental asegurarse de que todas las partes involucradas tengan una comprensión clara y compartida de las condiciones y se comprometan a cumplirlas. Estos acuerdos pueden abordar aspectos como la propiedad intelectual, la asignación de responsabilidades financieras y los métodos para resolver posibles desacuerdos. Sin su existencia, podría hablarse de colaboración, aunque sería en un sentido más amplio.
Además, cualquier actividad que se lleve a cabo en común necesita una normativa de referencia para el buen desarrollo del trabajo.
Comunicación regular
Lógicamente, es imprescindible que exista un diálogo constante entre las bibliotecas. Por ello, es necesario establecer líneas de comunicación abiertas y regulares entre todas las bibliotecas socias para lograr una colaboración efectiva y una coordinación fluida en beneficio de la comunidad y sus usuarios.
Uso de tecnología
La cooperación interbibliotecaria podría ver limitada su capacidad para alcanzar los objetivos propuestos sin un equipamiento adecuado. Como mínimo, es esencial que las bibliotecas involucradas contribuyan con sus propios recursos para ser utilizados en los servicios colaborativos.
Asimismo, es importante que dispongan de otro tipo de herramientas tecnológicas como los sistemas integrados de gestión bibliotecaria (SIGB) y las plataformas online, ya que facilitan el acceso y la difusión de los recursos, pero también la creación de un catálogo colectivo y la adquisición de suscripciones conjuntas, así como otro tipo de tareas que favorecen el buen desempeño de la biblioteca (registro de usuarios, gestión de préstamos y devoluciones, catalogación del fondo bibliográfico…).
Formar al personal
El personal de la biblioteca debe estar capacitado en las prácticas y procedimientos relacionados con la colaboración. Esto abarca la gestión de recursos compartidos y la atención al usuario, asegurando que se encuentren preparados para brindar un servicio eficiente y de alta calidad.
Evaluar y ajustar
Es esencial medir él éxito y la eficacia de la cooperación. Así, a partir de los resultados obtenidos, se pueden realizar los ajustes necesarios para optimizar los procesos de colaboración con el fin de satisfacer las necesidades cambiantes de la comunidad y los objetivos establecidos.
Colaboración entre bibliotecas: conclusiones finales
La colaboración interbibliotecaria es una estrategia interesante para maximizar los recursos y mejorar los servicios disponibles. Gracias a ella, las bibliotecas pueden trabajar juntas de manera efectiva para enriquecer sus colecciones, potenciar el acceso y distribución de la información y ofrecer servicios de mayor calidad a sus usuarios.
Además, no solo beneficia a las bibliotecas individuales, sino que también contribuye al avance de la comunidad bibliotecaria en su conjunto. Es un enfoque que promueve la eficiencia y la innovación en el sector y fomenta un ambiente de apoyo mutuo que favorece a todas las partes involucradas.
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